“El propósito de la evaluación no es demostrar, sino perfeccionar...”
¿Es necesario evaluar un Centro docente? ¿Qué se quieres conseguir, cuando desde muy diversos sectores se reclama y se desea la realización de estudios de evaluación en los Centros?
Algunos de los objetivos que se pretenden conseguir con la evaluación de los centros escolares son:
· Conocer la situación de partida del Centro, de todos sus componentes organizativos y funcionales, en el momento en que se propone la evaluación.
· Facilitar la formulación de un modelo de actuación adecuado al Centro, en función de los datos anteriores.
· Detectar, de modo permanente, las dificultades que surjan en el desarrollo del modelo de actuación elegido.
· Detectar progresivamente los elementos positivos de su funcionamiento.
· Regular, por tanto, el proceso de aplicación continua del modelo de actuación, propiciando y facilitando la consecución de metas previstas.
· Conocer los resultados obtenidos al final del periodo fijado para la implantación del modelo.
· Valorar los resultados obtenidos.
· Replantear el modelo de actuación del Centro, de acuerdo con la información recogida y con su valoración y, consecuentemente, potenciar los aspectos positivos y corregir los negativos en la organización y funcionamiento del mismo.
Con todo esto, la respuesta a la pregunta, ¿por qué evaluar? sería claramente:
“Para mejorar la calidad educativa del Centro”
Ésta evaluación debe ser sistemática, racional y planificada. La evaluación espontánea, intuitiva, improvisada y no sistemática, puede acarrear numerosos riesgos, que pueden repercutir muy negativamente en la actividad del centro, y no va a conseguir los objetivos que tiene la evaluación.
La evaluación es un proceso de vital importancia, y por ello no se puede tomar a la ligera, debe llevar a la eficacia y mejora de los resultados del centro.
¿Cuáles son los aspectos o componentes de un Centro que es preciso evaluar en un momento determinado?
Resulta difícil la decisión de evaluar unos u otros componentes del Centro porque su selección exige, obviamente, dejar al margen ciertos elementos que, desde otra óptica, también pueden considerarse importantes. Es ésta una tarea previa de la planificación y diseño que hay que abordar con todo rigor posible para evaluar aquellos aspectos que, realmente, se consideren de mayor incidencia en la calidad del Centro, que necesiten una mejora inmediata o que puedan resultar más significativos para el mejor funcionamiento del Centro y que sea prioritario reforzar frente a otros mucho menos importantes.
¿Qué tipo de evaluación emplear?
En concordancia con las funciones que en cada caso asignemos a la evaluación, con las necesidades que sea preciso cubrir en los diferentes momentos de la vida del Centro o con los componentes que hayamos seleccionado, procede utilizarlas modalidades o tipos de evaluación que resulten más apropiados para el objeto de estudio, de la investigación o del trabajo que se emprenda.
Es una tarea útil y clarificadora la sistematización y diferenciación de los distintos tipos de evaluación de Centros a los que es posible recurrir para obtener de ellos el mayor rendimiento en situaciones distintas. Esto nos permitirá seleccionar una u otra opción dentro de un marco organizado, tener presente todas las posibilidades de elección y aplicación; en definitiva, el conocimiento de los tipos de evaluación existentes esclarece la acción evaluadora y facilita la realización eficaz del proceso.
Como podemos comprobar en el siguiente cuadro, unos tipos de evaluación no excluyen a los otros, sino que pueden utilizarse conjuntamente en la mayoría de los casos, aunque en determinadas ocasiones se opte por no hacerlo en función de los objetivos que se pretendan.
(Pincha en la imagen para ampliarla)
Un ejemplo ilustrativo (evaluación formativa):
El Consejo Escolar del Centro decide que, durante el curso que comienza, va a evaluar su propio modo de funcionamiento porque algunos de sus miembros se han quejado de determinadas anomalías debidas a los horarios de reunión, a la forma de convocatoria seguida, a la falta de asistencia de algunos representantes, etc.
Una vez tomada la decisión, establecen, en primer lugar, los criterios que les parecen más oportunos para funcionar correctamente de acuerdo con: las competencias legales que tiene establecidas este órgano de gobierno, las solicitudes recibidas y las disfunciones intuidas del curso anterior.
Se deciden por un modelo de formación formativa que les permita ir ajustando paso a paso las actuaciones a las circunstancias que se presenten. Igualmente se selecciona una metodología y unos instrumentos adecuados, a través de los cuales ir constatando mensualmente si las previsiones hechas se van cumpliendo para, en caso contrario, proceder a corregir las inadecuaciones que se produzcan.
Un ejemplo ilustrativo (evaluación sumativa):
El claustro de profesores debe seleccionar libros de textos y otros materiales didácticos para el próximo curso escolar. Debe decidirse por unos u otros, en función de los objetivos generales del Centro y los específicos de cada ciclo, curso o área, así como de la metodología acordada y de los recursos de que se disponga.
Se consultan los libros y materiales de diversas editoriales, y se aborda la evaluación de los mismos, se elabora un cuestionario para examinar detalladamente cuáles se ajustan a los supuestos de que se parte. ¿Para qué evaluar el material? Para decidir cuál conviene de acuerdo con dichos supuestos. Es decir, para valorar, positiva o negativamente dicho material.
El Claustro realizará, por tanto, una evaluación sumativa, al seleccionar lo que resulte más adecuado a sus propósitos y al desechar lo menos válido para ellos.
Fases de la evaluación:
En todo trabajo que se pretenda riguroso y con resultados fiables es necesario establecer unas fases generales de actuación. Podemos concretar dichas fases en:
a) Fase de planificación
Consiste en la realización del diseño de la evaluación y del plan de actuación. Así será necesario:
- Identificar claramente el motivo de la evaluación y los objetivos de la misma.
- Definir el contenido de la evaluación (componentes y subcomponentes evaluables).
- Formular los correspondientes indicadores de calidad.
- Determinar las funciones de los intervinientes
- Especificar las técnicas e instrumentos necesarios.
- Detallar la temporalización de todo el proceso.
- Concretar el modo de analizar los datos.
- Diseñar el tipo de Informe final y el modo de comunicación de las conclusiones y las personas a quienes están dirigidas.
b) Fase de ejecución
Consiste en la puesta en marcha de los pasos anteriores: diseñar y realizar las entrevistas, elaborar los instrumentos, aplicarlos, asistir a los procesos que se evalúan, realizar el vaciado de datos y el tratamiento de los mismos, etc.
c) Fase de Información
En la fase de obtención de conclusiones se redactará el Informe (sobre la base de los datos obtenidos) y se transmitirá a los interesados.
Tras cada uno de los periodos de seguimiento establecidos, y al final del proceso de evaluación, los agentes responsables de la evaluación de los diferentes elementos del
Centro elaborarán informes parciales, que recogerán los aspectos más relevantes de la evaluación realizada, así como las recomendaciones que estimen oportunas para reforzar los logros y orientar la mejora de aquellos aspectos que lo precisen.
¿Con qué instrumentos se puede evaluar? Recogida de datos.
La recogida de datos es un paso fundamental del diseño de evaluación, ya que los procedimientos o técnicas que se utilicen para ello deben estar en consonancia con los otros elementos del diseño que se haya seleccionado y con las finalidades que se pretendan.
En cualquier caso, las técnicas permitirán que la recogida de datos resulte todo lo rigurosa, sistemática y controlada que se precise en orden a que los resultados finales de la evaluación sean fiables, válidos, y, por tanto, útiles para la mejora del Centro.
Algunas técnicas de recogida de información son:
· La observación
· La entrevista
· La encuesta
· Pruebas o cuestionarios estandarizados
· Cuestionarios
· Escala de valoración
· Listas de control
· Los test
· El test sociométrico y el sociograma
El informe de evaluación:
El Informe es el documento en el que se plasma, de forma sintética, todo el proceso llevado a cabo durante la evaluación y en el que se recogen, razonada y ordenadamente, las conclusiones obtenidas. Será fundamental encontrar la fórmula idónea para que la transmisión de la información resulte adecuada, aceptable, clara, interesante para todos y estimuladora de la toma de decisiones que debe seguir a la evaluación.
Es de gran importancia su redacción, porque un informe erróneamente planteado corre el riesgo de que sus conclusiones sean rechazadas, exclusivamente por la forma adoptada para darlas a conocer.
Con estas premisas, es claro que el Informe puede y debe, aunque sea breve, adoptar una forma escrita, lo que no es obstáculo para la información se transmita también de forma oral, acompañada incluso de medios audiovisuales para ilustrar, cuando sea posible las afirmaciones que se están realizando.
Así como cualquier Informe escrito puede llevar gráficos, tablas, figuras, cuadros, etc. Por su parte, un Informe presentado oralmente pude también apoyarse en la proyección de diversos materiales gráfico/plásticos que ayudan a la comprensión del tema tratado.
Aunque es difícil ofrecer una “fórmula” para llegar al modelo de Informe correcto, sí destacamos criterios que deben tenerse en cuenta en su redacción:
1. La información debe ser presentada de manera ordenada y clara. Si se han evaluado diferentes componentes del Centro. Se realizarán diversos apartados en el Informe, o, incluso, Informes separados.
2. Debe seguirse la secuenciación de los hechos que mejor se adecue a la comprensión de las conclusiones.
3. Se incluirán los datos realmente significativos, eludiendo la acumulación de hechos o cifras que, realmente, enturbien la información clave que es necesario transmitir a las personas que deben tomar decisiones.
4. Tendrán en cuenta el público receptor para que la información sea asequible, ya que, en algunos casos, puede ser inconveniente ofrecer todos los datos o datos excesivamente sistematizado.
5. Incorporará cuantas representaciones o imágenes se consideren necesarias para aclarar el contenido que transmite (gráficos (lineales, de barras, circulares, etc., escalas, fotografías...); pero siempre con la condición de que sirvan para clarificar el texto.
6. El Informe incluirá las recomendaciones o propuestas que el equipo evaluador considera precisas para superar la situación de la que se parte o para reforzar ciertos aspectos del funcionamiento del Centro que suponen garantía y eficacia de la acción educativa. Estas propuestas estarán en relación con la problemática planteada y con la explicación de las causas o los factores significativos que hayan aparecido a lo largo del Informe.