Este año, en septiembre tuve la oportunidad de ir la semana entera del período de adaptación de un aula de alumnos de 3 años del Colegio Público Teresa de Berganza en Boadilla del Monte. Fue una semana de lloros, de alumnos que por primera vez entraban en un aula, de padres más miedosos que los niños, y la verdad una semana dura, en la que pensé en el futuro que me esperaba. Quizás elegí la peor semana, puesto que los niños eran la primera vez que se veían y veían a su maestra, y lo máximo que hacían era llorar y jugar con todo lo que había en el aula. Pero creo que era necesario que ser maestra implica también eso, tener que empezar con un grupo de alumnos de cero y conseguir que esos niños que entraron llorando el primer día, el último día se vayan deseando volver, y habiendo desarrollado en parte sus capacidades y habiéndose formado un poco más como personas.
En el segundo trimestre tuve la oportunidad de volver a esa misma aula, y me encontré con una situación bastante diferente y me quedé bastante sorprendida de todos los progresos. Os voy a contar mi experiencia de esa mañana en el aula:
Los alumnos entraron a las 9.30 y yo les recibí junto con su maestra en la puerta de la clase. Según iban llegando, colgaban sus abrigos en las perchas identificando perfectamente la suya, se ponían el baby, y se sentaban en la asamblea esperando a que llegasen el resto de compañeros.
Una vez sentados todos en el rincón de la asamblea (formados por dos colchonetas grandes formando un rectángulo), cantaron una canción de bienvenida:
-¿Cómo estáis, amigos cómo estáis?
- ¡Muy bien!
-¿Y vuestras amistades que tal van?
-¡Muy bien!
-Haremos lo posible por ser buenos amigos, ¿cómo estáis, amigos como estáis?
-¡¡¡Muy bien!!!
Después de esta canción, la maestra les preguntó por lo que habían hecho ese fin de semana, cómo lo habían pasado… Tras este pequeño diálogo en el que casi todos los niños intervinieron, los niños que habían llevado ese día información sobre el proyecto que estaban tratando fueron explicando lo que habían investigado con los padres en casa.
Tengo que decir que me dejó alucinada una de las niñas, a la que su madre le había escrito una hoja y media con información sobre las serpientes, utilizando palabras en algunas ocasiones difíciles, que se había aprendido todo de memoria y se lo supo explicar a sus compañeros sin que la maestra tuviera que leer nada de la hoja. Ver a una niña de tres años con tanta información memorizada, me hizo ver que son pequeños, pero que tienen muchas capacidades, y nosotras tenemos que sacar lo máximo de ellos, que no debemos conformarnos con lo mínimo.
Al terminar la puesta en común de la información e imágenes que los alumnos habían llevado sobre el proyecto, la maestra les empezó a hacer preguntas sobre las cosas que habían trabajado ya, para mostrarme todo lo que sabían del tema y lo que habían avanzado. ¡Alucinante!, aquellos niños que el primer día no paraban de llorar, ahora me estaban explicando perfectamente cosas sobre la selva, sus animales, tipos de selva…. Y a modo de regalo, me recitaron una poesía que se habían aprendido sobre el pájaro Quetzal que vive en la selva. (Yo seguía sin salir de mi asombro….)
Posteriormente hicieron una ficha rápida, pero no consigo recordar cómo era la ficha, y cuando todos la terminaron, comenzaron los rincones.
En la pared había un cartel grande con el nombre de los rincones y un dibujo al lado para que los niños los identificasen. Y al ser lunes, la maestra fue explicando cada rincón y ponía en el cuadro al lado del dibujo de cada rincón el dibujo del grupo al que le tocaba estar en ese rincón (cada grupo de mesa se identificaba con un animal). Una vez explicados todos los rincones (rincón de juego simbólico-hacían de veterinarios; rincón de la biblioteca- veían libros que ellos mismos había traído; rincón de los puzles-hacían puzles de animales de la selva; y otro rincón en el que había una ficha con el dibujo de un tucán y otro con dos tucanes, y tenían que poner debajo el número de tucanes que había, 1 ó 2).
Nada más terminar los rincones, llegó la hora de tomar el almuerzo antes de salir al patio. Todos los niños cogieron de sus bolsas lo que habían traído y se sentaron en las mesas a comerlo. Luego, recogieron y limpiaron todo.
Y por fin llegó el momento más esperado por ellos, ¡el recreo!. Hicieron una fila y salieron al patio, y nada más salir, empezaron a correr a montarse en los columpios y a jugar con las palas.
Después del recreo me pidieron que les hiciera un mural para que ellos lo coloreasen y lo colgaran en su clase, por lo que me tuve que ir a otra aula a hacerlo y terminó mi día en ese aula.
La experiencia me gustó mucho, aunque tengo que decir que ya había estado anteriormente en clases de infantil. Pero esta vez, como ya había estado con ellos en el período de adaptación, pude comprobar el progreso que habían hecho durante el primer trimestre y la mitad del segundo, y pude ver puesto en práctica, cómo se trabaja el proyecto con rincones.
Creo que todos los jóvenes que van a hacer magisterio, deberían estar antes de entrar en la carrera una semana en un colegio, para ver realmente cómo es la vida en las aulas. Porque aunque parezca mentira, hay muchos estudiantes de magisterio que no saben realmente cómo es un aula de infantil, y a mí me ha ayudado mucho verlo antes de entrar a la carrera. Es necesario que veamos de cerca cómo va a ser nuestro futuro. Invito a todo el mundo que tenga esta posibilidad a que lo haga.
Y yo espero poder volver a repetirla este año, aunque el año que viene, al tener las prácticas, estaré otra vez seguro, en un aula de infantil.
Recursos que he observado:
- Recursos personales
· Tutor del aula: he observado cómo trabaja la tutora-maestra del aula.
· Alumnos
· Otros profesionales: tuve la oportunidad es ir un rato con la PT (pedagoga terapéutica), para ver cómo trabajaba con una alumna con síndrome Down. También puede hablar con la profesora de inglés y me explicó el método que estaba utilizando de sonidos y canciones, para que los niños aprendieran el inglés.
- Recursos espaciales:
· Aulas de infantil: en este caso, cada dos aulas compartían un baño al que se accedía directamente desde la clase, sin tener que salir.
· Asamblea: he visto cómo tenían puesta la asamblea.
· Patio
· Clase de la PT
· Baños
· Organización de las mesas por grupos de trabajo
· Rincón de la biblioteca
· Rincón del juego
· El pasillo con los percheros
· Muchos otros
- Recursos materiales:
· Mesas y sillas
· Colchonetas de la asamblea
· 2 pizarras
· Juguetes: puzles, animales, cocinita, disfraces, maletines de médicos, casitas, muñecas, carritos…
· Libros de la biblioteca
· Lápices, gomas, colores, plastilina..
· Recursos traídos por los niños: cuentos, hojas de información…
· Reloj
· Ordenador de la maestra
· Murales
· Etc.
- Recursos temporales:
· Horario de un día
· Duración del recreo
· Duración de las actividades
· Jornada partida: el horario del colegio es de 9:30 a 1:00, y por la tarde de 15:00 a 16:30.
- Servicios de apoyo
· PT: he visto como ha trabajado en el aula con la alumna con síndrome Down de forma colectiva, y como ha trabajado con ella de forma individual en otro aula.